En la historia de los negocios familiares aquellos que trascienden suelen ser los modelos a seguir, pero en el día a día son muchos más los que fracasan. Perseverancia, orden, trabajo, ceder en el momento oportuno y buscar asesoramiento especializado en el proceso de traspaso, que suele llevar entre cinco y ocho años, fueron claves para el éxito en el caso de la familia de Paolo Verino. En diálogo con Negocio Creativo, por radio Antena Uno, aseguró que «el momento más crítico es cuando el fundador de la empresa tiene que madurar para entender que los hijos están preparados para tomar el desafío».
La familia Verino se dedica desde hace 30 años a la comercialización de combustibles en la ciudad de Posadas. El grupo realiza expendio de combustibles bajo dos banderas, de la estatal YPF con la que se iniciaron en el rubro y desde hace un par de años con AXION. Paolo es parte de la segunda generación de la familia que conduce los negocios y asegura que, para una PyME familiar, «la permanencia es uno de los desafíos que cuestan muchísimo». La afirmación toma relevancia en la Argentina, dados los vaivenes económicos, políticos y sociales a los que se enfrentan los pequeños empresarios.
En general, las relaciones personales generan fricciones y desencuentros en el ámbito laboral, que luego se trasladan a la vida diaria de la familia. Sobre esta situación, Paolo Verino aseguró que lo primero que hay que aprender es a disociar la familia del trabajo, ya que se comparten muchas horas en la oficina y los fines de semana un almuerzo «donde pueden salir los reclamos». A esto –continuó- hay que sumar el orden, la perseverancia, las tareas diarias, estar informado y seguir las noticias del mercado y muchas otras actividades que varían según el rubro.
El paso al costado
El grupo familiar posadeño ha pasado por una etapa que es muy delicada en todas las sociedades, la transición generacional entre el padre que inició la empresa y los hijos que van a tomar el mando. Uno de los dichos más difundidos en estas circunstancias es el que señala que los padres crean las empresas, los hijos las disfrutan y los nietos las destruyen, profecía cumplida en muchas ocasiones. La experiencia por la que atravesó Paolo en los últimos siete años lo lleva a asegurar que «el momento más crítico es cuando el fundador de la empresa tiene que madurar para entender que los hijos están preparados para tomar el desafío».
En general se generan disputas y discusiones respecto de cómo se «deben» hacer las cosas y no de como «podrían» realizarse. Los más jóvenes, quizá con estudios superiores, la vida por delante y poca experiencia en comparación con el fundador, traen nuevas formas de desarrollar procesos desde lo tecnológico e ideas que, cuando las quieren implementar, son rechazadas porque «siempre se hicieron de esta forma». El muro de la experiencia, las crisis recurrentes y el éxito manifiesto en la forma de llevar el sustento a la familia.
En el caso de la familia de Paolo Verino la profecía no se cumplió, porque de común acuerdo su padre les cedió el espacio a él y sus hermanos. «Creo que es parte de la madurez del padre, que dice hasta acá llegué y comienza a retirarse de a poco, lo que implica dejar en manos de sus hijos la empresa de la familia», agregó.
Otro de los problemas recurrentes es que no siempre los hijos tienen la posibilidad de crecer con la empresa o no los dejan. Según Paolo, «lo que ellos nos enseñan es una herramienta muy importante» en el proceso de aprendizaje diario de la administración y la resolución de problemas. Además, está el aporte de la experiencia práctica «cuando uno recién empieza se encuentra con problemas que no tienen una solución sencilla, de repente pasa el padre, como si nada, y aporta una mirada al problema que lo resuelve», comentó.
En el caso de Paolo, Alejandro y Fiorella han pasado por todas las áreas de la empresa, realizaron desde las tareas básicas hasta la toma de decisiones, cobrando un salario adecuado a la responsabilidad o la tarea «y eso nos dio una gran experiencia», asegura Paolo.
Las concesiones de la transición
Las organizaciones gremiales empresarias conocen a la perfección la problemática de la transición y es por ello que desarrollan cursos, seminarios y sistemas de asesoramiento personalizado con profesionales. La familia Verino, desde el inicio del proceso, buscó la guía de especialistas con quienes trataron de forma individual y en grupo. «Es recomendable por la experiencia», señaló Paolo. Además, indicó que es muy importante darle tiempo al proceso, «hay que ceder desde las dos partes”, en el tira y afloje diario y siempre debe haber una persona que tenga poder de negociación en el grupo, que sepa mediar y que lo pueda hacer.
En el caso del Grupo Verino la transición llevó alrededor de cinco años de trabajo continuo. Son los tiempos del traspaso del poder real en las empresas, «hay muchos ejemplos en los que se armaron golpes de estado dentro de la familia y todo falló», comentó el joven empresario. Por otra parte, además de la interna familiar, una decisión equivocada no solo afecta a los integrantes del grupo sino a los trabajadores que dependen de los ingresos que generan diariamente. «Para nosotros en particular son alrededor de 100 familias que dependen de que tomemos buenas decisiones para todos», apuntó.
Paolo estudió la carrera de periodismo en la Universidad de Buenos Aires (UBA), de hecho ejerció la profesión un par de meses en un diario de la ciudad de Posadas. «Mi padre siempre nos apoyó pero solos nos dimos cuenta que teníamos una responsabilidad con el esfuerzo que realizaba y de repente estábamos trabajando lado a lado», relató al recordar cómo pasó a formar parte de la empresa familiar.